Toxicidad (para humanos y animales):
Generalmente no tóxica, pero puede causar leves molestias estomacales si se ingiere en grandes cantidades. No se considera peligrosa para mascotas ni personas.
Luz ideal:
Luz indirecta muy brillante. Cuanta más luz reciba (sin sol directo), más intenso será el color púrpura de su follaje. El sol directo puede quemar las hojas delicadas.
Riego:
Moderado. Regar cuando la capa superior del sustrato esté seca. Evitar mojar las hojas al regar, ya que puede favorecer la aparición de hongos.
Humedad ambiental:
Prefiere ambientes moderadamente húmedos, pero se adapta bien a interiores. No necesita pulverizaciones frecuentes.
Nivel de dificultad:
Media. Aunque no es difícil, requiere atención a la luz, el riego y el tipo de sustrato para evitar hongos.
Tips de cuidado:
Usá un sustrato con buen drenaje, tipo mezcla para plantas de interior con perlita.
Evitá mojar sus hojas al regar para proteger su textura aterciopelada.
Podá las puntas para mantener su forma compacta y estimular crecimiento lateral.
En primavera o verano podés fertilizarla cada 3–4 semanas con abono líquido suave.
Se puede reproducir fácilmente por esquejes en agua o tierra.