Toxicidad (para humanos y animales):
Tóxico. Su savia contiene compuestos que pueden provocar irritación oral, salivación, vómitos y diarrea en mascotas (perros, gatos) y molestias digestivas leves en humanos si se ingiere. También puede causar irritación en la piel al contacto con la savia.
Luz ideal:
Luz indirecta brillante. Puede tolerar algo de sol suave, pero el sol directo fuerte quema sus hojas. En interiores, necesita estar cerca de una ventana bien iluminada.
Riego:
Moderado. Dejá secar la capa superficial del sustrato antes de volver a regar. No tolera el encharcamiento, pero tampoco el sustrato completamente seco por largos períodos.
Humedad ambiental:
Media. Agradece humedad moderada y ambientes ventilados. Pulverizá si el ambiente está muy seco, sobre todo en invierno con calefacción.
Nivel de dificultad:
Media a alta. Puede ser algo sensible a los cambios y necesita constancia en luz y riego.
Tips de cuidado:
No lo muevas de lugar con frecuencia: los cambios de ubicación o corrientes de aire hacen que tire hojas.
Evitá el exceso de agua: hojas amarillas o caída repentina pueden ser por riego excesivo.
Podalo suavemente en primavera para mantener forma y estimular crecimiento.
Fertilización ligera en primavera/verano con abono equilibrado.
Limpieza de hojas con paño húmedo para mantener su brillo y salud.